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CONFIESO QUE HE VIAJADO: JAVIER VAN DE COUTER
El encanto virgen de El Cóndor

La serena belleza de un balneario rionegrino, a 30 kilómetros de Viedma, en donde las grandes extensiones de playas desiertas y una pequeña villa concretan una postal perfecta.


J. Van de Couter. Ganó el Primer premio en guión inédito en el Festival de La Habana 2008. Actúa en "La noche que Larry Kramer me besó" en, Antesala.

El balneario El Cóndor, a 30 kilómetros de Viedma, es un destino en el que se combinan el mar y la aventura. En mi historia personal, se trata del lugar que representa los veraneos de la infancia. Voy a esa playa desde los tres años. Allí se inicia la llamada "Ruta del Acantilado". Un lugar que combina elementos que lo hacen mágico: grandes extensiones de playa, el mar, y seres que habitan los acantilados: loros barranqueros. Dicen, se trata de la colonia más grande del mundo. Son de colores vivos, turquesas, rojos, verdes. Aporta a este paisaje un grupo de piletones rocosos. Espejos personales, en los que da gusto ir a bañarse.

Es una playa muy virgen. No muy lejos de allí hay un gran apostadero de lobos marinos.

Desde un mirador uno puede verlos retosar, aparearse, cuidar a las crías. En ciertas épocas del año por allí también pasan las ballenas en su ruta hacia Madryn. Las playas de la costa son muy variadas. Una de ellas se llama La Desembocadura, porque es donde se junta el Río Negro y el mar. También tiene un faro típico de playa chica.

Para los que son aficionados a los deportes hay varias opciones. Se practica cuatriciclo, kitesurf, canotaje y kayak. Un circuito conocido es el que llega desde Viedma por el Río Negro. Es un paseo alucinante. Para nadar el agua muy cálida, a pesar de que es de mar del sur.

Al tener muchos médanos también se practica sandboard. También hay pesca. Corbina, pejerrey, lenguado, tiburón. Hay también algunos mariscos.

La villa que corresponde al balneario es muy chiquita. Como está tan cerca de Viedma y de Carmen de Patagones, hay gente que tiene allí sus casas de fin de semana. Viven en forma permanente no más de 400 personas.

La oferta de alojamiento fue creciendo con los años. Hoy incluye el hotel del Casino, y muchas casas en alquiler. Está creciendo mucho, se extendió la playa y están construyendo.

Para comer hay puestos de pescadores y restoranes. Un dato curioso es que tipo 8 de la tarde suelen llamar a la puerta de casa para ofrecer frutos de mar los pescadores que llegan de Puerto San Antonio. Con ellos pueden prepararse memorables cazuelas.

Le tengo un amor especial a este lugar porque nací en Carmen de Patagones. Este es pues, un lugar que remite a mis orígenes. Si tuviera que definirlo en un concepto diría que es calma, tranquilidad.

El silencio invita a la contemplación de la naturaleza. A la hora de ir a hacer playa la gente no está atiborrada, hay muchos kilómetros de arena y las sombrillas suelen tener casi una cuadra de distancia unas de otras.

Para cuando se quiere un poco de distracción hay una disco y algunos paradores de playa que pasan música.
El Cóndor es un destino muy romántico. Es un gran plan hacer caminatas para ver sus espectaculares atardeceres y amaneceres. Cuentan que por esta zona se hundió un barco, llamado El Cóndor, por eso le pusieron ese nombre a este lugar, que por esas paradojas, es refugio de loros.

Entrevista de Natalia Páez